De "fructífero debate" ha calificado la Presidencia checa el encuentro mantenido los pasados días 4 y 5 de febrero en Praga por representantes de los Veintisiete, que intercambiaron impresiones sobre las futuras políticas europeas en torno a la conciliación de la vida familiar y laboral. A pesar de algunas divergencias, la mayoría de los países coincide en lo esencial con los Objetivos de Barcelona: un plan que, paradójicamente, no comparte el Gobierno checo.
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