Enver Tohti, cirujano chino refugiado en Londres, ha pedido perdón ante los eurodiputados por colaborar, obligado por las autoridades, con la extracción de órganos a prisioneros vivos en 1995. Es la siniestra bisagra entre la persecución religiosa y el tráfico ilegal que ha sido denunciada hoy en la Eurocámara por el grupo de los liberales.
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