En 2013, siete millones de ciudadanos de la UE trabajaban en un país extranjero y el 78% de ellos eran activos económicamente. A pesar de estos datos, László Andor, comisario de Empleo, ha asegurado hoy en Gante que algunos países de acogida han dado diferente trato a los trabajadores que venían de otros estados de la UE. “La discriminación basada en la nacionalidad está prohibida”, ha señalado.