En 2015, Marine Le Pen expulsó a su padre del Frente Nacional. Con el mismo fondo ultraderechista y xenófobo, pero con una cara más amable, ha llegado al mismo punto que su progenitor: la segunda ronda de las elecciones presidenciales francesas. Las encuestas no le dan más de un 40% de los votos, pero el cordón sanitario que en 2002 cerró el paso a Jean-Marie no es hoy igual de firme.
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