La última vez que los líderes europeos se reunieron en una cumbre sobre los Balcanes Occidentales fue quince años atrás: Tesalónica 2003. La que se ha celebrado hoy en Sofía, la capital búlgara, venía anunciándose desde hace meses como “potente”. Sus conclusiones, no obstante, evidencian la división en torno a la adhesión de la región entre los Estados miembros y las propias instituciones y el ‘impasse’ de la UE en lo que hasta hace no mucho fue su patio trasero.