La UE sabe lo que el Reino Unido no quiere, pero a menos de 60 días de que la isla abandone el bloque comunitario desconoce lo que quiere. El Parlamento británico envió ayer a Theresa May, primera ministra británica, a renegociar el backstop con Bruselas. Pero desde la capital comunitaria avisan de que no esta no es una opción. Mientras las instituciones europeas y los Estados miembros redoblan los esfuerzos para limitar las consecuencias de una salida abrupta.