El negocio de armas por parte de los Estados miembros está regulado por la Posición Común Europea de 2008. Sin embargo, guerras como la de Yemen han evidenciado sus lagunas, así como las divisiones de las capitales sobre congelar o no la venta de material bélico a destinos que lo utilizan para violar los derechos humanos. El Consejo de la UE ha adoptado unas conclusiones para ejercer más control en la venta de esta tecnología a países terceros.