Las manifestaciones por el movimiento Black Lives Matter han llevado a muchos países a plantearse su pasado. Figuras que hasta ahora merecían un monumento ahora se encuentran manchadas con pintura. Entre ellos se encuentra Bélgica, donde su historia colonial ha empujado a los ciudadanos a vandalizar las estatuas de Leopoldo II. La capital belga tiene muchas señas marcadas por su pasado y se pueden observar por la ciudad. Aquí un paseo por estas cicatrices abiertas.
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