El enfrentamiento entre la UE y Rusia por la crisis de Ucrania ha vuelto a poner de manifiesto la gran dependencia energética europea, que busca vías alternativas de suministro por si Moscú cierra el grifo del gas. La Comisión apuesta fuerte por diversificar las fuentes de importación y reforzar las interconexiones entre los Estados, mientras los ecologistas exigen un cambio de paradigma que pase por las renovables.