España ha dado un salto de altura en su conquista de Bruselas. El Gobierno de Pedro Sánchez ha ofrecido el puerto de Valencia a los 629 migrantes bloqueados en el Mediterráneo por las negativas de Italia y Malta de dejarles atracar. La Comisión ha calificado el paso de Madrid como ejemplo de solidaridad real. Aunque es una buena noticia para estos centenares de personas, no lo es tanto para la UE. El xenófobo Matteo Salvini, ministro de Interior italiano, se acaba de apuntar un tanto en su cruzada contra la inmigración.