Las líneas ferroviarias electrificadas en los países de la UE alcanzaron una longitud de 115 000 kilómetros (km), lo que supone un aumento del 31% en comparación con 1990, cuando ascendió a 88 000 km. Toda la red ferroviaria de la UE tenía una longitud de 202 000 km, y la proporción de líneas electrificadas ascendía a casi el 57%. La electrificación es un elemento de gran importancia en relación a la modernización de las redes ferroviarias, la reducción del impacto medioambiental negativo del transporte ferroviario y la convierte en un modo favorable en comparación con los modos de transporte por carretera y de los que dependan por combustible fósil.