Dos horas más de lo previsto se ha alargado hoy el Consejo de Interior en Bruselas. La complejidad de los asuntos a tratar así lo requería: migración y terrorismo. El bloque converge en la idea de aumentar el intercambio de información –sobre la mesa está la idea de una Agencia de Inteligencia Europea. Dimitris Avramopoulos, comisario de Migración, ha señalado que hay que pasar de un modo de crisis a uno de acción.
La respuesta de Viktor Orbán, primer ministro húngaro, a la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE que le obliga a acoger a refugiados no ha tardado en llegar. “Hungría no es un país de migración y no quiere serlo”, ha señalado en una carta dirigida a la Comisión Europea en la que ha calificado el fallo judicial de “violento e inaceptable”.
El Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) ha dado con su sentencia de hoy un revés a Hungría y Eslovaquia, que pedían la anulación de las cuotas de refugiados. Luxemburgo ha sido claro: todos los países están obligados a cumplir sus compromisos y ayudar a Grecia e Italia, ya que las instituciones europeas están legitimadas para actuar de forma “efectiva y rápida” ante situaciones de emergencia.
Quedan 20 días para que expire el plazo de reubicación de 160.000 refugiados en los Estados miembros. Dimitris Avramopoulos, comisario de Migración, ha presentado el balance como exitoso, pero las cifras hablan solas: a día de hoy los Veintiocho han acogido a 27.695 personas. El comisario griego se escuda en “malentendidos” con los números, pero el cronómetro solo confirma el destino de un fracaso anunciado.
Al menos 400 personas de la minoría rohingya han muerto y más de 100.000 se han visto forzados a cruzar en los últimos días la frontera de Birmania a Bangladesh. Bruselas ha evitado pronunciarse sobre si considera esta persecución indiscriminada como limpieza étnica y ha pedido una reducción de la violencia. La birmana Nobel de la Paz Aung Suu Kyi también se ha ganado las críticas por su silencio ante la crisis.
Viktor Orbán, primer ministro húngaro, envió ayer una carta a la Comisión Europea pidiendo que pague la mitad de la alambrada que Budapest está levantando para frenar “el torrente de inmigrantes ilegales” durante el pico de la crisis de los refugiados. “No es una exageración decir que la seguridad de los ciudadanos europeos ha sido financiada por los contribuyentes húngaros”, asegura Orbán en la misiva en la que reclama 400 millones de euros.
Varsovia respondió ayer por carta a la Comisión Europea por el procedimiento de infracción por no cumplir con las cuotas migratorias. En la misiva, el Gobierno polaco pidió al Ejecutivo comunitario que abandonase el procedimiento de infracción. Por su lado, Bruselas ha respondido que lo que deben hacer los Estados miembros es cumplir con sus compromisos.
A la desesperación cotidiana de un día en aguas libias se ha unido ahora la ultraderecha. El barco C-Star, del movimiento racista Generación Identitaria, zarpa al Mediterráneo con la consigna de defender Europa de la “africanización” y con un enemigo claro: las ONG, a las que considera un “servicio de taxi para los refugiados”. Ayer fue detenido en Chipre por posible tráfico de personas.
En 2016, uno de cada tres solicitantes de asilo fue un niño. Con motivo del Día de la ONU contra el Tráfico de Personas, la Agencia Europea para los Derechos Fundamentales (FRA) pide garantizar la protección de la infancia ante unas generaciones que solo han visto guerra. Mafias, explotación infantil o abusos sexuales son algunos de los peligros que los pequeños enfrentan en soledad.
Robert Fico, primer ministro eslovaco, ha mostrado su preocupación por la seguridad alimentaria hoy en Bruselas, eludiendo pronunciarse sobre el incumplimiento de su país de la recolocación de refugiados. “Vamos a esperar a la decisión del Tribunal de Justicia de la UE”, ha explicado Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión. Se espera una reunión entre Fico y el primer ministro italiano.
La UE anestesia una parte importante de sus valores funcionales cada vez que le brota una nueva barrera física de división. La amenaza rusa, la yihadista y el drama de los refugiados han aumentado desde 2015 estos muros de hormigón, alambradas y púas que desde 1989 atraviesan 1.200 kilómetros y han costado a los contribuyentes más de 500 millones de euros, según un estudio de Reuters.
La UE parece rendirse ante la evidencia: es impotente ante la crisis migratoria a nivel interno. La estrategia es ahora correr un tupido velo y apuntar los logros en la gestión exterior. Los ministros de Interior reunidos hoy en Tallín han adoptado un documento que pide poner coto a las ONG que trabajan en el Mediterráneo. El 41% de las personas son rescatadas por ONG y barcos privados, recuerdan desde ACNUR.
Roma está cansada. Paolo Gentiloni, primer ministro italiano, ha acusado a “algunos países de la Unión Europea” de “mirar hacia otro lado” en la gestión de la crisis migratoria. Esta protesta del Ejecutivo central llega después de recibir a más de 10.000 migrantes en los dos últimos días y de las tensiones creadas por las protestas de los ayuntamientos.
Los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) registraron en 2016 cerca de cinco millones de entradas permanentes, un 7% más que el año anterior debido a razones humanitarias, revela su informe anual. Ante los prejuicios que suscita el tema, Dimitris Avramopoulos, comisario de Migración, ha destacado que “la movilidad es y siempre ha sido una característica universal de la humanidad”.
“Malditos bastardos. ¿Queréis acercaos? Esto es Europa (risas)”. Son voces dirigidas al campo de refugiados de Serbia. A tan solo 150 metros de la frontera húngara, territorio UE. La organización Sick of Waiting trae las voces e historias de refugiados a la Eurocámara. “Las personas que llegan a Europa no son la amenaza, sino los amenazados”, recuerdan sus miembros.
“Los migrantes no solo significan desafíos, también oportunidades”. Bajo esta afirmación ha presentado Dimitris Avramopoulos, comisario de Migración, una nueva herramienta, equiparable a un CV, para ayudar a los ciudadanos de terceros países a encontrar empleo. La Comisión pretende así invertir la balanza generacional de una Europa que envejece y hacer su economía más competitiva.
Si te registras como welcomer aparecerá un corazón en un mapa mundial. Si lo haces como refugiado será un icono de alguien sentado Sick of Waiting (Harto de esperar). Esta iniciativa, que nació hace menos de un mes en España, ya ha llegado a más de 60 países en cinco continentes. La próxima parada será la Eurocámara, donde sus miembros pedirán a la UE cumplir con las cuotas comprometidas.
Los ministros de Interior se han reunido hoy en Bruselas en una maratón de doce horas. Dimitris Avramopoulos, comisario de Interior, ha apuntado un cierto “progreso” en materia de migración, pero en el Consejo se han mantenido las divisiones sobre el sistema de cuotas de refugiados. Establecer las prioridades sobre las medidas antiterroristas en el lapso de 2018 a 2020 ha sido otro de los temas de la agenda.
Cada vez más refugiados son víctimas del discurso del odio y la violencia xenófoba en las ciudades europeas. No son pocos los Estados miembros que han dejado claro que son unwelcome refugees. “Están pagando las consecuencias de un discurso político cada vez más restrictivo. Y esto está teniendo un impacto destructivo en sus vidas”, ha señalado Amel Yacef, director de la Red Europea contra el Racismo.
Los Veintiocho garantizaron la protección a 710.400 demandantes de asilo en 2016, más del doble que el año anterior. El 57% procedían de Siria, según ha publicado la Oficina Europea de Estadística (Eurostat). Alemania, el Estado miembro que más refugiados ha acogido, dio luz verde a 445.210 demandas de asilo, prácticamente dos tercios del total. El este de Europa, con números muy bajos.
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