Pese a las monsergas de los euroescépticos y las profecías apocalípticas del fin de la Unión, la nave de la construcción europea sigue dando pasos hacia la consolidación de sus herramientas y sus instituciones. En este caso, tiene que ver con la moneda única, el euro, y su blindaje y del sistema bancario europeo ante nuevas crisis financieras como las vividas en la última década. La Comisión Europea propondrá en la próxima cumbre de los jefes de Gobierno que se celebrará el 14 de diciembre en Bruselas, la creación de un Fondo Monetario Europeo que acudirá al rescate de los países en dificultades, con la contrapartida de la intervención presupuestaria de sus cuentas, como hacía el MEDE, y que tendrá la función de intervención bancaria ante las entidades en quiebra, completando así la unión bancaria diseñada por el presidente del BCE, Mario Draghi. El nuevo organismo controlará también un futuro presupuesto anticrisis de la Eurozona, con capacidad para financiarse en los mercados.