LEAD Mantener un matrimonio sin amor puede tener consecuencias muy negativas a medio y largo plazo en la salud mental y emocional. Los británicos se casaron con la Unión Europea en 1973 y, aunque por poco no hemos cumplido las bodas de oro, es tan evidente que no llegaron enamorados de Bruselas al altar, como que la ruptura mediante un referéndum celebrado hace cuatro años y medio, les ha ocasionado graves trastornos políticos, económicos y sociales. Una tortura de convivencia que ha llegado a su fin mediante un divorcio cuyos términos se han acordado in extremis y que está repleto de flecos e incógnitas respecto a la nueva relación entre los divorciados. Lo único que hemos logrado con este acuerdo de mínimos es ahorrarnos el caos de una salida a las bravas y la imagen internacional de una Europa una vez más a la gresca. Nadie gana en este pulso absurdo y, a partir de ahora, el tiempo dará o quitará razones a los brexiters, que hoy habitan en Downing Street y que no son mayoría según las encuestas en el Reino Unido.
¿Quieres seguir leyendo?
Recuperar contraseña
Introduzca la dirección de correo con la que se registró y le enviaremos su clave de acceso.
Aquí Europa ahora es más Libre
Desde ahora, la mayoría de las informaciones de Aquí Europa son de libre acceso mediante la suscripción AE Libre.
Nuestro sitio web usa cookies para mejorar la experiencia de usuario, conocer sus hábitos de navegación y ofrecerle mejor contenido.
Si continúa navegando por el sitio entendemos que da su consentimiento a nuestra política de cookies.
Aceptar
Our website uses cookies in order to improve your user experience, know your navigation habits and offer you better contents.
By using this website you consent to our cookie policy.
Accept