Debemos, en gran medida, al francés Jacques Delors, uno de los mayores logros de la Unión Europea. La Comisión presidida por él identificó 300 medidas que debían abordarse para que ese mercado unido se completara y se centrara en tener estándares mínimos en lugar de una armonización total. Aquel documento, el Acta Única Europea, cambió de forma radical el espacio de libertades en el que hoy vivimos. El mercado único de la UE, tal como lo conocemos, entró en vigor el 1 de enero de 1993. El alcance del mercado único hoy, va más allá de los 27 estados miembros de la UE, puesto que también se engloba a Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Gracias al mercado único, las personas, los bienes, los servicios y los capitales pueden circular por la UE casi tan libremente como si se tratara de un único país. Los ciudadanos europeos pueden estudiar, vivir, comprar, trabajar y jubilarse en cualquier país de la UE, además de disfrutar de productos de toda Europa.