La cumbre "de transición" de Cardiff ha finalizado como se esperaba, sin grandes decisiones importantes pero con las ideas claras sobre cuándo éstas se deberán tomar. Los Quince comenzarán a plantearse la reforma de las instituciones europeas en otoño, y fijan una tregua para la batalla financiera de los presupuestos comunitarios hasta marzo de 1999, como mínimo. En la que puede ser su última cumbre europea, el canciller alemán Helmut Kohl ha obtenido del resto de jefes de Estado y de Gobierno un importante reconocimiento. La declaración final de Cardiff recoge la propuesta de algunos Estados de hacer más equitativo el reparto de cargas en la UE. Sin embargo, España tampoco ha salido mal parada, con una frase que refleja su intención: crear un recurso progresivo de contribución.
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