La desaparición de la peseta en beneficio del euro va a ayudar al archipiélago balear, que recibe cada año 9 millones de turistas, a deshacerse de su imagen de destino "económico" para desarrollar el denominado "turismo de alto nivel". La debilidad de la peseta ha convertido las Islas Baleares en es destino de vacaciones para los vecinos norteños, principalmente alemanes, que representan actualmente alrededor de la mitad del turismo que visita las islas. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado la voluntad de frenar el turismo masivo debido a problemas medioambientales como la falta de agua potable. El problema ha aumentado tanto que las autoridades locales han decidido declarar el archipiélago como "turísticamente saturado". "La evolución hacia el turismo de calidad es una estrategia adoptada hace mucho tiempo pero con la inclusión de España y Baleares en el euro, se ha convertido en la única posibilidad", ha declarado el ministro de Economía y Finanzas del archipiélago, Antoni Rami.