Las ayudas a la construcción naval y las ayudas de Estado en general serán objeto de discusión entre los Quince en el próximo Consejo de Industria del 7 de mayo. La Comisión quiere acabar con las primeras en el año 2000 por entender que el sector de los astilleros debe dejar de depender de los subsidios y enfrentarse a la competencia del mercado internacional. Sin embargo, se trata de una materia delicada sobre la que siguen primando los intereses nacionales por encima de los comunitarios. España y Alemania, que ya han puesto en marcha sus planes de reestructuración para el sector, no temen tanto las nuevas directrices como el resto de las delegaciones. En las ayudas de Estado, las reticencias son fuertes para dar mayor poder de control a la Comisión.