La Cumbre UE-Canadá, celebrada ayer en Atenas, concluyó con varias declaraciones de cooperación en muchos ámbitos, como la política exterior, pero sin acuerdo sobre los organismos transgénicos. Mientras que Canadá presiona a Bruselas para que abra sus mercados a los OGM, la UE mantiene firmemente que no tomará una decisión al respecto hasta que no tenga datos concretos sobre la incidencia de estos productos en la salud humana.
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