Si la Unión Europea quiere convertirse en la zona más competitiva del mundo no le queda otro remedio que liderar la transición del sector de la microelectrónica hacia la utilización de nanotecnología. Este es el mensaje lanzado en un informe realizado por los consejeros delegados de las principales compañías y organizaciones de investigación y presentado por los comisarios Philippe Busquin y Erkki Liikanen. Ambos responsables del Ejecutivo comunitario reclamaron también la coordinación entre las autoridades públicas y las privadas para invertir al menos 6.000 millones de euros anuales en este sector.