El mensaje tan repetido en la prensa de que la Cumbre europea necesita lograr acuerdo sobre las futuras finanzas de la UE para salvar la cara a Europa es muy peligroso, principalmente porque las posibilidades de alcanzarlo son ínfimas. El tema protagonista del encuentro seguirá siendo las perspectivas financieras 2007-2013, cuyo impacto real en lo que se quiere que sea la Unión a corto plazo es mucho más efectivo que el del Tratado constitucional. Sobre la decisión de si enterrar o seguir ratificando el Tratado, todo parece indicar que los jefes de Estado optarán, contra toda conveniencia, por lo segundo, adoptando la táctica del avestruz.