A pesar de que el uso de instrumentos de comunicación electrónica como Internet continúa progresando en la Unión Europea, los hábitos de consumo cambian lentamente y están relacionados con los niveles socio profesionales de los usuarios, según revela la Oficina Europea de Estadística (Eurostat). La falta de confianza para facilitar datos personales como numeración de tarjetas bancarias y direcciones postales ha provocado que en algunos países, como España, se haya registrado un parón de la adquisición "on-line" de bienes y servicios.