A pesar de que la ampliada Unión Europea continúa recibiendo olas migratorias provenientes tanto de los propios Estados miembros como de países extracomunitarios, los Veinticinco no disponen de una homogeneidad en sus legislaciones -sanciones penales incluidas- para hacer frente a las incidencias que el fenómeno provoca, según subraya un informe elaborado por el servicio de estudios sociales de la Fundación La Caixa. Los datos más recientes del Ejecutivo español estiman que los principales flujos migratorios que llegan a España son extracomunitarios, procedentes sobre todo de países del norte de África, como Marruecos, y de América del Sur, en su mayoría de Ecuador.