Cada vez es más grande el número de inmigrantes que entran en la Unión Europea de forma legal pero sin billete de vuelta, permaneciendo ilegalmente, "sin papeles", en territorio comunitario y alimentando la economía sumergida. Por esta razón, por la falta de integración de los inmigrantes y por la vinculación entre los recién llegados y el empleo del país en que se instalan, la Comisión Europea ha aprobado hoy, 21 de diciembre, un plan de acción para la inmigración económica legal, que basado en el principio de subsidiaridad, controle mediante un registro las entradas y salidas de la UE del personal extra comunitario. La estrategia pretende también hacer de la Unión un territorio atractivo para los inmigrantes más cualificados que tienen tendencia a elegir como destino Estados Unidos, Australia y Canadá. Para ello, Bruselas quiere implantar una "Green Card" que permita la libre movilidad de estos trabajadores, siempre y cuando el mercado laboral comunitario así lo requiera.