La crisis del gas deja a los líderes europeos sumidos en la reflexión. El conflicto surgido a raíz de que hace cuatro días la rusa Gazprom decidiera cortar el suministro a la ucrania Naftogaz se saldaba esta mañana con un arreglo sobre el precio por cinco años. Como resultado, la reunión de expertos que tenía previsto celebrarse hoy en Bruselas para analizar la situación -el 25% del gas que consume la UE proviene de Rusia- se ha dirigido más bien a elaborar la moraleja tras habérsele visto las orejas al lobo: es necesario diversificar el suministro, empezando por Turquía, país candidato a la adhesión.