El propósito comunitario de hacer de la cohesión económica y social una de las bases de la integración ha sido un éxito, como lo demuestran los casos de Irlanda, Portugal, España y Grecia. Sin embargo las grandes diferencias continúan existiendo y la división social se ha agravado con el aumento del paro. Así se expresaba Monika Wulf-Mathies, comisaria europea de Política Regional, en un discurso pronunciado ante el Comité Económico y Social en Bruselas, en el que explicó las implicaciones de la Agenda 2000 sobre la reforma de la política estructural.
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