A partir de octubre de 2008, el sector marítimo europeo perderá el privilegio de no tener que cumplir las normas de competencia comunitarias. Se trata de una decisión largamente meditada que ha sido adoptada hoy de manera unánime en el Consejo de Competitividad. El objetivo es poner fin a las ventajas de las que ha disfrutado este sector durante casi 20 años e introducir un mayor grado de competencia en beneficio de la economía europea, en general, y de las empresas exportadoras, en particular.