El sector de los servicios financieros en Estados Unidos, caracterizado hasta ahora por la fragmentación geográfica e industrial, está cambiando rápidamente. Aumentan las afiliaciones entre empresas bancarias y de seguridad, y la realización de actividades de aseguramiento por parte de los bancos es cada vez más común. Además, crecen las operaciones interestatales. En definitiva, el sector financiero estadounidense será muy diferente a comienzos del siglo XXI, y se parecerá más al de la UE. Nuevas leyes son aprobadas, se adoptan regulaciones y se reestructura el mercado. En esta atmósfera dinámica, es importante que las firmas financieras europeas disfruten de oportunidades comparables a las que benefician a las empresas norteamericanas.