La Cumbre entre la UE y Rusia se ha saldado con un intento fallido. El veto de Polonia ha impedido que los Veinticinco negociasen la renovación de su actual acuerdo de asociación y cooperación, en el que se prevé un pacto energético con el Kremlin que alivie la dependencia exterior del club comunitario. La tensión entre ambas partes no evitó, sin embargo, que Moscú se comprometiese a eliminar en 2014 las tasas impuestas a las aerolíneas europeas que sobrevuelan Siberia, gesto que Bruselas recompensará apoyando la candidatura rusa para entrar en la Organización Mundial del Comercio (OMC). El encuentro de Helsinki ha servido también para que los Veinticinco abordasen con Vladimir Putin y los Gobiernos de Islandia y Noruega cómo reforzar la dimensión septentrional europea.