A pesar de que la Unión Europea encabeza el desarrollo de la nanociencia y la nanotecnología -técnicas aplicadas a nivel de nanoescala, es decir que permiten manipular átomos y moléculas-, todavía le queda un largo camino que recorrer en campos como el sanitario y el medioambiental así como en cuestiones éticas o relativas al respeto de los derechos fundamentales. Por tanto, la Comisión Europea ha instado hoy a los Estados miembros a que adopten un código de buena conducta, centrándose en siete principios entre los que destacan la durabilidad, la precaución y la responsabilidad. Además, les ha animado a que pongan en marcha acciones concretas que involucren a universidades, institutos de investigación y empresas.