El Parlamento Europeo ha apoyado una propuesta de la Comisión Europea que tiene como objetivo permitir que los matrimonios entre personas de distintos Estados miembros se divorcien en el país que deseen. Se pondrá fin así a las "carreras a los tribunales" que los cónyuges llevan a cabo cuando intentan buscar, antes que el otro, el país que mejor defiende sus intereses. De esta forma, la UE está más cerca de armonizar las diversas leyes nacionales, aunque ha dejado claro que no se trata de establecer una legislación común.