Tras el consenso alcanzado la madrugada del sábado al domingo entre el jefe de Estado ruso, Vladímir Putin, y la primera ministra ucraniana, Yulia Timoshenko, el Ejecutivo europeo ha manifestado su satisfacción, pero mantiene sus reservas en torno a un proceso que está resultando difícil, y que en varias ocasiones ha dado marcha atrás: "Ahora parece que las conversaciones están dando fruto", explicaba Bruselas en un comunicado por la mañana, "pero hemos visto muchos pasos en falso en esta disputa". Según la Comisión Europea, Ucrania y Rusia sólo habrán superado esta "prueba de credibilidad" una vez que el suministro de gas ruso llegue de nuevo a Europa. La firma de esta tarde entre las empresas Gazprom y Naftogaz invita sin embargo al optimismo.