Oscar Arias, presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, tenía buena intención. Pretendía entrevistarse en San José con Manuel Zelaya, presidente democrático de Honduras, y con Roberto Micheletti, presidente de facto del país, para después dejarles en un cara a cara. Sin embargo, no ha logrado sentarles juntos en la misma mesa. En su ausencia, las conversaciones han quedado bajo el mando de dos comisiones hondureñas. El Gobierno de Costa Rica ha calmado los ánimos diciendo que se trata de un primer "gran paso", y la Unión Europea ha apoyado el diálogo como herramienta para que el país salga de la crisis.
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