Turquía, país aspirante a miembro del club europeo, tiene una vecindad muy atractiva: a su alrededor están algunos de los mayores productores de energía del mundo. El posible papel del Estado otomano como 'puente' del suministro energético entre Asia y Europa y el proyecto de gasoducto Nabucco han centrado el diálogo en una conferencia celebrada hoy en Bruselas.
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