El Pleno de Estrasburgo ha aprobado hoy la nueva directiva para la protección de secretos comerciales, tras tres años en la mesa de negociaciones. El objetivo de la norma es ayudar a las empresas europeas a luchar contra el robo o uso indebido de información confidencial. Sin embargo, los Verdes y la Izquierda Unitaria Europea advierten de que no protegerá a los filtradores y que sólo está pensada para favorecer a las grandes compañías.