El Reino Unido, Francia y EEUU enfrentan muchas críticas dentro y fuera de casa sobre la legalidad (o falta de ella) de su intervención militar en Siria, que defienden como legítima. Londres es el único que ha dado una explicación legal y es también uno de los pocos países del mundo que aprueba “la intervención humanitaria”. La Carta de la ONU prohíbe explícitamente el uso de la fuerza excepto en defensa propia o con la aprobación del Consejo de Seguridad. Analizamos la operación del viernes pasado en base a ello.
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