Más de 2.500 personas salieron este domingo a la calles de Kothen, en el este de Alemania, para decir no a la inmigración. Las nuevas protestas convocadas por la extrema derecha llegan pocos días después de las acontecidas en Chemnitz, que saltaron a la luz mediática mundial por sus consignas neo-nazis. La tensión en las calles ha abierto además otro frente interno a la canciller Merkel: esta vez con sus Servicios de Inteligencia.
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