Con la acusación del hijo de Andrj Babis, primer ministro de Chequia, de haber sido secuestrado por órdenes de su padre, el país checho está viendo una historia se propia de una novela policíaca. Corrupción, fraudes de fondos europeos e imperios en decadencia están poniendo al mandatario checo contra las cuerdas. Babis ha negado categóricamente las acusaciones de su primogénito y ha tildado esta campaña de “caza de brujas”. Su mandato se tambalea.