Macron ha decidido pasarse horas y horas debatiendo con alcaldes, trabajadores o jóvenes para intentar reconectar al pueblo con su presidente. Los ‘chalecos amarillos’ han sido el punto de inflexión para el presidente de Francia, que tras vivir su momento más bajo de popularidad busca reconquistar a la población con nuevas medidas y con los ‘grandes debates’: un formato en el que el presidente se coloca en el centro de un escenario y debate con las personas de todas las regiones de Francia. El resto de partidos lo acusan de campaña electoral para las europeas.