"La migratoria puede crear fisuras más profundas en la UE que las causadas por la crisis del euro", es el análisis que se escucha con frecuencia en los pasillos de Bruselas. Los últimos cinco años dejan un sabor amargo sobre la gestión comunitaria en el drama migratorio. La UE ha sido incapaz de hacer frente al caos del Mediterráneo o al auge del discurso xenófobo y deja un legado donde el único acuerdo es que hay que demasiado desacuerdo entre las capitales.
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