Unión Europea

La doble cara de las vacaciones en el aire europeo

por Cristina Pita da Veiga

Fuente: EC - Audiovisual Service / Edición propia

Se acerca el verano, llegan las vacaciones y los aeropuertos comienzan a llenarse. La costumbre marca que los vecinos del norte decidan pasar sus vacaciones estivales en el sur y con ello se produce un aumento del tráfico aéreo europeo. Con él, el incremento de las emisiones de gas efecto invernadero, para luchar contra ello, algunos eurodiputados han propuesta ya algunas medidas.

Cada vez son más los desplazamientos entre diferentes países comunitarios. El número de vuelos entre los 28 y la EFTA (Noruega y Suiza) ha aumentado un 8% entre 2014 y 2017 y se prevé que crezca un 42% de 2017 a 2040, según datos recogidos en un informe elaborado por la Agencia de Seguridad de Aérea de la UE (EASA).

En el siguiente gráfico se observa el número de pasajeros por país en el año 2018. Los países que más movimientos tienen son Alemania, Francia, España, Italia y Reino Unido, este último es el que más cantidad de vuelos recibe a nivel comunitario. Al llegar el período vacacional España alcanza el segundo puesto, superando incluso a Italia.

Respecto a los últimos meses del año todavía no hay datos registrados de Reino unido

Entre 2014 y 2018 el número de vuelos diarios aumenta cada año. El auge de las compañías low cost es una de las principales razones, pero los acuerdos entre los diferentes países y el espacio Schengen han promovido también abundantemente el movimiento.

Entre los aeropuertos más visitados se encuentra el de Heathrow en Londres, hasta ahora el primero de la lista. En caso de no llegar a un acuerdo en la salida del Reino Unido de la UE, el porcentaje de visitantes bajaría considerablemente ya que perderían todos los acuerdos aéreos con la Unión Europea. Respecto a España, Adolfo Suárez Madrid Barajas se encuentra en la sexta posición seguido del Josep Tarradellas Barcelona El Prat. Como curiosidad, el Charles de Gaulle es el aeropuerto con más tránsito en mercancías y correo.

Como apuntan los datos, los movimientos que más se producen son dentro de un mismo país, los puentes aéreos. A la cabeza se encuentra Francia por el trayecto Toulouse – Paris; en segunda posición España con Madrid - Barcelona y la medalla de bronce se la lleva también el país galo con el recorrido entre Niza y la capital.

movimientos-por-pai-ses-Mesa-de-trabajo-1

Elaboración: Cristina Pita da Veiga

Consecuencias medioambientales

Si Greta Thunberg se niega a utilizarlo, piénsalo: será más rápido pero menos ecológico. Directamente proporcional es el aumento de los desplazamientos aéreos y el del Dióxido de Carbono (CO2) esparcido por el aire: más viajes, más contaminación. Según datos recogidos de acuerdo con la Convención del Cambio Climático de Naciones Unidas (UNFCCC), las emisiones de este gas han aumentado de 88 a 171 millones de toneladas entre 1990 y 2016, es decir, un impactante 95% más.

¿Y cuánto representan estos porcentajes en comparativa a otros transportes?  Las emisiones de gas en el aire son el 13,4% del total de emisiones por transporte, en el segundo puesto, justo después del tráfico por carretera.

Y no solo de gas, también es un problema de contaminación acústica. Los aeropuertos están afincados normalmente en las afueras de las ciudades, pero en muchas ocasiones se pueden sufrir desde lejos, mucho más en las zonas cercanas. En localidades medianamente más pequeñas, como es el caso de Bruselas, se pueden ver y escuchar sin problema los despegues y aterrizajes.

Pero como en todo, siempre hay un plan B. El grupo de Los Verdes, que han comenzado a tener más relevancia en Europa después de las elecciones, ha tomado el mando y comienzan con algunas propuestas. Por ejemplo, la parlamentaria holandesa Suzanne Kröger, ha solicitado que el trayecto Amsterdam-Bruselas se lleve a cabo en tren (una hora y 50 minutos) en vez de en avión (45 minutos a los que habría que sumar los desplazamientos al aeropuerto), ya que no habría un impacto tan directo en el medio ambiente.

Esta claro que muchos trayectos son insustituibles, por trabajo, familia o sólo por cuestión vacacional. Pero muchos otros por cercanía geográfica podrían ser evitables y cada vez son más los que se suman a este movimiento. La propia Greta Thunberg creó el hagstag #IStayOnTheGround como protesta. ¿Cuánta prisa hay por llegar al destino si se puede ayudar un poco al planeta durante el trayecto?