Que Rumania afrontaba una Presidencia clave para el futuro de la Unión Europea era algo que se sabía desde el principio. El país del Este heredaba un panorama poco alentador y dejaba a Rumania la difícil tarea de tener que lidiar con situaciones como la salida del Reino Unido, las elecciones europeas o la aplicación del Artículo 7 a Hungría y Polonia. Seis meses después, el Parlamento Europeo ha pasado revista a la actuación rumana.