La irrupción de VOX como tercera fuerza, con 15% del voto, en las elecciones generales convierte a España en octavo país con más votos de extrema derecha de la UE. España sigue la estela de países como Francia, donde los partidos ultra recibieron el apoyo de un 21% de la población, aunque aún está lejos de alcanzar a los parlamentos más radicalizados hacia la derecha, como el de Hungría y Polonia, donde más del 50% de la población se ha declinado por esta opción.

La extrema derecha europea ha sacado músculo en los últimos meses. Con presencia en la mayoría de parlamentos de los países miembro y al alza en las principales economías de la UE: Alemania, Francia, Italia y España - donde VOX obtuvo la tercera plaza en las elecciones generales del domingo, con un 15% de voto -. El ascenso de los de Santiago Abascal ha colocado a España en la octava posición de los Estados miembro con mayor respaldo electoral en las urnas a la ultraderecha. Así se encuentran ahora mismo los movimientos populistas de derechas en el mapa geopolítico de la Unión Europea.

Elaboración: Cristina Pita da Veiga

Visegrado, la reserva ultraconservadora de Europa

El grupo de Visegrado -formado por Polonia, Hungría, Eslovaquia y Chequia- es un buen laboratorio de este fenómeno, En Hungría más del 68% de la población optó por una opción ultraconservadora en las elecciones nacionales de 2018. Fidesz, el partido del primer ministro Viktor Orbán, ganó los comicios con una mayoría absoluta aplastante con 133 escaños de 199. Mientras que Jobbik, el principal partido ultraderechista del país que cuenta con simbología y vestimenta paramilitar, quedó segundo consiguiendo 26 escaños. En los últimos años, Orbán ha restringido la libertad de prensa, ha perseguido la mendicidad y ha penado las ayudas a refugiados.

En Polonia, el otro gran pulmón de Visegrado, los ultraconservadores de Ley y Justicia (PiS) ganaron de forma aplastante las últimas elecciones con un 43,59% del apoyo. Unos comicios en los que el quinto grupo más votado fue Konfederacja (Confederación), una formación aún más a la derecha derecha del PiS, con un 6,81%. Polonia ha mermado su Estado de Derecho, su libertad de prensa y complicando su posición en la Unión Europea tras convertirse en el primer país bajo la sombra del Artículo 7 de los tratados por los ataques a la separación de poderes.

Elaboración Cristina Pita da Veiga. Termómetro de los partidos de izquierda a derecha

Eslovaquia es el tercer país con más representación parlamentaria de extrema derecha. En las elecciones parlamentarias de 2016, tres partidos con un discurso antiinmigración y ultranacionalista consiguieron escaños, llegando a sumar el 24% de la cámara. No obstante, Brastislava vivió un cambio de rumbo con la victoria de Zuzana Caputová, abogada ecologista, en las elecciones presidenciales este año. A medio camino también se encuentra Chequia, con mucha menos presencia radical en su Parlamento, ya que tan solo el 10.64% de los checos votaron a los euroescépticos SPD.

Visegrado apela a valores ultraconservadores, que ya no solo señala al comunismo como enemigo nacional, sino también a los inmigrantes, las feministas y los “burócratas” de Bruselas. El enorme respaldo de la población, especialmente en Hungría y Polonia, y su capacidad de bloqueo en la Unión Europea, los convierten en un referente de partidos como Vox, la Alianza Nacional de Marine Le Pen o la Liga de Matteo Salvini.

El ascenso en las primeras economías europeas

Si el paradigma de Visegrado puede parecer un poco lejano, el tablero político de las cuatro primeras economías del euro resulta bastante ilustrativo. Después de Hungría, Polonia y Eslovaquia, Italia (21,7%) y Francia (21,3%) son los países con mayor apoyo a la extrema derecha en unas elecciones generales. Su apoyo desde los últimos comicios nacionales ha ido creciendo, como podemos observar en la siguiente gráfica, llegando a ganar las elecciones europeas en sus respectivos países, tanto Reagrupamiento Nacional en Francia, como la Liga en Italia.

Elaboración Cristina Pita da Veiga

El ascenso de VOX podría ser similar al de Alternativa por Alemania (AfD) en Alemania, cuando en 2017 quedó tercera fuerza en las elecciones federales con un 12,6% del voto. Por entonces todos los partidos, incluidos los conservadores del CDU de Ángela Merkel, decidieron hacer un cordón sanitario para que AfD no entrará en ninguna coalición de gobierno. La formación ultra se ha ido haciendo fuerte en las últimas elecciones regionales, especialmente al este del país.

Grecia, ascenso y hecatombe de los ultras

No todos los Parlamentos del bloque comunitario han sucumbido hacia esta tendencia extremista. Irlanda, Grecia, Rumanía, Eslovenia, Croacia, Luxemburgo y Malta no albergan ningún partidos de ultraderecha en sus cámaras nacionales. El Reino Unido tampoco, ya que la UKIP no consiguió escaño en las generales de 2017, a pesar de contar con un 1,8% del voto escrutado. Los que sí consiguieron irrumpir con un porcentaje menor (del 1,3%) fueron los ultras de Chega!, el primer partido de extrema derecha con representación en el Parlamento portugués.

Fuente: Cristina Pita da Veiga

El caso de la ultraderecha griega es único. El partido de corte neonazi Amanecer Dorado llegó a convertirse en tercera fuerza en el Parlamento en heleno en 2012 y 2014. El escenario en 2019 es radicalmente distinto. La formación política no logró ningún escaño en las elecciones parlamentarias de este año y han tenido que cerrar sus sedes físicas y sus página web. Ahogados por la falta de financiación, expulsados de la esfera política y mediática e inmersos un macro proceso judicial contra sus principales líderes por el asesinato del músico antifascista Pavlos Fyssas en 2013. El viaje al ostracismo de la extrema derecha griega demuestra que lo que la misma volatilidad política que te da a alas en un momentum determinado puede cortártelas poco después.