Una de las últimas propuestas de Juncker fue poner fin a la unanimidad en la arena internacional. La Comisión geopolítica que lidera Von der Leyen tiene como una de sus prioridades hacer de la UE un actor fuerte en el mundo. Sin embargo, la necesidad de consenso total le resta potencia, impacto y celeridad. Pero la unanimidad es un arma de doble filo, un caramelo que muchas capitales no dejarán escapar. El bloque enfrenta así los desafíos globales siguiendo la estrategia española: a través de coaliciones mayoritarias y estratégicas.