La Unión Europea se reitera en su visión sobre Bielorrusia tras la investidura sorpresa del Alexander Lukashenko. Para el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, el acto carece de “legitimidad democrática”. La UE considera que las elecciones del 9 de agosto se saldaron con resultados “falsificados” y apoya la celebración de unos nuevos comicios. Sin embargo su mensaje ha perdido fuerza ante la imposibilidad del bloque de imponer sanciones por la represión en el país.