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España parte con desventaja en la UE para surfear la oleada de renovaciones de edificios

por Aïda Sánchez

Obreros en un edificio en Alemania
Obreros en un edificio en Alemania
Fuente: Comisión Europea

Con un consumo del 40% de la energía que se utiliza en la UE, los edificios son uno de los principales frentes que la Comisión Europea quiere enfrentar en su Acuerdo Verde. España, que cuenta con una normativa en eficiencia energética posterior a la construcción de la mayoría de edificios, se enfrenta al reto de rehabilitar el 80% de su parque de viviendas. Un paso imprescindible para conseguir la neutralidad climática en 2050.

“En España hay unos 18 o 20 millones de viviendas que son vertederos de energía”, calcula Albert Grau, vocal de la junta directiva del Clúster de l’Energia Eficient de Catalunya (CEEC). Los edificios son responsables del uso del 40% de la energía que se consume en la Unión Europea. Una deficiencia que la Comisión Europea quiere atajar con la llamada Oleada de Renovación, una estrategia para mejorar la eficiencia energética de los edificios europeos. Pero en España, el CEEC cree que más del 80% del parque de viviendas necesitaría mejoras para ser menos contaminante.

Carlos Ballesteros, director general de la Asociación de Empresas de Servicios Energéticos (ANESE), recuerda que “el mejor kilovatio es el kilovatio ahorrado”. De ahí la importancia de evitar el gasto de energía innecesario. “Tenemos que optimizar lo que consumimos y apostar porque sea renovable”, defiende Ballesteros. Algo que comparte Grau, que pide “mejorar las instalaciones, aumentar el aislamiento y reducir la demanda energética”.

Los cálculos del CEEC apuntan a que, en España, se está renovando a un ritmo del 0,2% anual aproximadamente. Lejos de los objetivos que plantea la Comisión Europea. El ejecutivo de Ursula von der Leyen apuesta por duplicar la tasa de renovación, que hoy en día es de alrededor de 1% a nivel europeo, antes de 2030. La Comisión Europea calcula que actualmente el 75% del parque de edificios de la UE es energéticamente ineficiente.

La Alianza Rehabilitar el Futuro, de la que forma parte ANESE, asegura que más de la mitad del parque de edificios español tiene más de 40 años y es, por tanto, anterior a cualquier normativa en materia de aislamiento. Esta es una de las principales causas de la situación española cree Grau, ya que “todo el mundo construye según marcan los límites de la legislación”. Por ello, los esfuerzos del sector en España deberán ser mayores.

Entre las propuestas, Ballesteros destaca el manifiesto promovido por la Alianza que incluye medidas financieras, fiscales, administrativas y de certificación. Por ejemplo, un “examen similar a las ITV, pero para edificios”,  un “pasaporte energético” para agilizar las licencias administrativas, la introducción de bonificaciones impositivas y desgravaciones para incentivar las renovaciones o la introducción del sector de la edificación en el Régimen de Compra de Derechos de Emisión de la UE (ETS).

Pero Grau pone el foco en uno de los problemas de España, la verticalidad de los edificios. Según datos de Eurostat, tras Lituania, España es el segundo país de la UE en el que mayor parte de la población vive en bloques de pisos. Esto dificultaría las renovaciones, explica Grau, ya que para ello se deben poner de acuerdo las comunidades de vecinos. El objetivo es conseguir que la población encuentre necesario apostar por la eficiencia energética.

Según datos del Observatorio de Vivienda y Suelo, dependiente del Ministerio de Fomento, en el año 2019 se entregaron tan solo 28.553 visados de dirección de obra para la reforma de viviendas. En comparación, ese mismo año se habían adjudicado 106.266 visados de dirección de obra nueva en toda España.

España cuenta con el mejor plan nacional

Antes de la propuesta de la Comisión Europea, los Estados miembros tenían que presentar sus propios planes nacionales para la rehabilitación de edificios a largo plazo. A principios de septiembre, tan solo 12 de los 27 habían hecho los deberes, entre ellos Finlandia, Dinamarca, Alemania, Chipre, España o los Países Bajos. Según un informe del Instituto Europeo del Rendimiento de Edificios (BPIE), un think tank independiente con sede en Bruselas, España fue el mejor alumno de la clase.

La propuesta presentada por el Gobierno español, apunta el BPIE, es la única que “no presenta deficiencias en ninguna área”. La estrategia española prevé una reducción de las emisiones de los edificios en un 99% para 2050 en el sector residencial. Además, quiere extender la renovación del 3% de edificios públicos y promover la creación de planes de ahorro energético a cualquier nivel de la administración. También propone reformas fiscales para incentivar la eficiencia energética y aumentar el uso de las energías renovables. Entre los elementos conflictivos, el informe pone el foco en los cambios de calderas y en las rehabilitaciones que también tengan en cuenta la seguridad contra terremotos e incendios.

Pero Grau pide ser más prudente. “El plan como estudio teórico es fantástico pero tenemos miedo de que no sepamos llevarlo a cabo”, apunta. Según el experto, el Plan Estatal de fomento del alquiler de viviendas, la rehabilitación edificatoria y la regeneración y renovación urbanas aprobado en 2013 “también era fantástico, pero al final no se hizo nada”, lamenta Grau. En 2020, España tiene una nueva oportunidad que deberá aprovechar si quiere alcanzar la neutralidad climática.