Reparamos estos días en el hecho de que escasean en la prensa los artículos sobre tendencias y previsiones turísticas, tan frecuentes otros años por estas mismas fechas. Y cabe comprender perfectamente por qué. Con este triste escenario y el cúmulo de desastres que arrastramos –muy agravados en nuestro sector-, se entiende que no estén los ánimos para atreverse a prever qué más ocurrirá o dejará de ocurrir.