Sin sorpresas, pero rodeada de una gran expectativa periodística, la Comisión Europea ha recomendado hoy los once países que en su opinión cumplen las condiciones necesarias para adoptar la moneda única desde el 1 de enero de 1999: Bélgica, Alemania, España, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Austria, Portugal y Finlandia. Para poder entrar en la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria, los Estados miembros han tenido que alcanzar un alto grado de convergencia económica sostenible. Sus progresos han sido medidos según los criterios de la inflación, el déficit y la deuda pública, la estabilidad de las tasas de cambio y las tasas de interés a largo plazo. Igualmente, los Estados han tenido que satisfacer otras condiciones entre las que destaca fundamentalmente la independencia de sus bancos centrales.