“Europa debe desarrollar el apetito de poder y aprender su lenguaje”. Así de contundente se ha mostrado Josep Borrell, Alto Representante de Exteriores de la UE, en la 55ª edición de la Conferencia de Seguridad de Múnich. Una cita que ha girado en torno a la relación transatlántica y que ha dejado patente las cada vez mayores divisiones sobre la concepción del mundo que tienen la Unión Europea y Estados Unidos.
La Unión Europea ha salvado los muebles ‘in extremis’. Josep Borrell reconocía que al arranque de la cita albergaba pocas esperanzas para llegar a un consenso durante el Consejo de Asuntos Exteriores celebrado este lunes en Bruselas. Finalmente, los 27 han alcanzado un acuerdo político para crear una misión naval en el Mediterráneo Central que haga valer el embargo de armas. La Operación Sofía muere con ella. Los inmigrantes han sido de nuevo el chivo expiatorio.
Una de las últimas propuestas de Juncker fue poner fin a la unanimidad en la arena internacional. La Comisión geopolítica que lidera Von der Leyen tiene como una de sus prioridades hacer de la UE un actor fuerte en el mundo. Sin embargo, la necesidad de consenso total le resta potencia, impacto y celeridad. Pero la unanimidad es un arma de doble filo, un caramelo que muchas capitales no dejarán escapar. El bloque enfrenta así los desafíos globales siguiendo la estrategia española: a través de coaliciones mayoritarias y estratégicas.
La Unión Europea se lanza esta semana a por todas para tratar de encauzar sus relaciones con Estados Unidos, hasta hace poco su socio preferente en todos los ámbitos. Este jueves aterrizan en Washington Phil Hogan y Josep Borrell, que ejercerán de avanzadilla para tratar de cimentar el primer encuentro en suelo estadounidense de Ursula von der Leyen y Donald Trump. Un Trump ante el que la UE parece obligada a resignarse a aceptar como interlocutor.
El ‘Plan del Siglo para la Paz’ de Trump para Oriente Próximo nació herido de muerte. Las condiciones asfixiantes que supone para los palestinos han provocado que Ramallah rompa relaciones con Israel y EE.UU. Josep Borrell, Alto Representante de Exteriores de la UE, ha rechazado este martes la iniciativa de Washington porque “se distancia” de los parámetros internacionales. Se trata de una las propuestas más descompensadas de las últimas décadas.
Cautela y contención de la UE ante el que para unos es el 'Plan de Paz del Siglo' y para otros la 'Falsa del Siglo'en Oriente Próximo. La hoja de ruta presentada por Trump y Netanyahu para poner fin a décadas de conflicto no convence a los europeos, que siguen apostando por la solución de los dos Estados como la única viable y posible, aunque el recién estrenado establece unas condiciones que hacen estas ambiciones casi inverosímiles.
Los 28 ministros de Asuntos Exteriores se han dado cita este lunes en Bruselas pocas horas después de la tregua alcanzada en Berlín sobre el conflicto libio. Josep Borrell, Alto Representante de Exteriores de la UE, ha anunciado que la UE ha llegado a un acuerdo político para “reenfocar el mandato de la Operación Sofía” matizando que la decisión formal se tomará a posteriori. Sobre el encuentro ha planeado la posibilidad de enviar una misión civil-militar para supervisar la tregua y el embargo de armas.
El Consejo de Asuntos Exteriores se da cita el lunes en medio de diferentes tensiones globales. Los últimos “eventos trágicos” en Venezuela, la convocatoria de elecciones en Bolivia, el proceso de paz en Oriente Próximo o la crisis en Libia marcan una agenda de la que se cae por primera vez en mucho el acuerdo nuclear iraní, que vive sus horas más bajas.
El acuerdo nuclear se encuentra en muerte clínica desde la retirada de EE.UU, pero ahora vive sus horas más bajas. Su supervivencia es la primera gran prueba de fuego para Josep Borrell. Pero la misión es sombría. Irán ha cargado con dureza contra Francia, Alemania y el Reino Unido acusándoles de vender el JCPOA para evitar que Washington imponga nuevos aranceles a productos europeos.
El acuerdo nuclear iraní lleva un año y medio en muerte clínica. Es decir, desde la retirada de Estados Unidos. El oxígeno europeo lo ha mantenido durante este tiempo en respiración asistida. Pero el Reino Unido, Francia y Alemania han dado este martes su primer paso para la desconexión total tras activas el mecanismo de resolución de disputas, lo que para muchos significa el principio del fin del JCPOA.
Calma -al menos momentánea- a las puertas de Europa tras diez meses de escalada militar. El general Haftar, hombre fuerte de Libia, y el primer ministro reconocido por la comunidad internacional Al Sarraj han aceptado un cese de las armas. La UE ha celebrado esta tregua tras intensos días de esfuerzos diplomáticos. El conflicto libio tiene muchas consecuencia para el bloque comunitario, pero su papel se está mermando en aras de otros actores como Turquía y Rusia.
“Aliviar las tensiones. Rebajar la escalada”. Era, en palabras de Josep Borrell, la tarea principal del Consejo extraordinario de Exteriores celebrado este viernes en Bruselas. De la cita ha salido otra llamada clara al diálogo en Irán y Libia, pero pocos elementos esclarecedores y novedosos sobre cómo mantener el acuerdo nuclear iraní vivo y sobre cómo ser un jugador y no solo el terreno de juego en la escalada bélica del país norafricano. Por otro lado, la UE no descarta ninguna hipótesis en el derribo del avión ucraniano.
Los ministros de Asuntos Exteriores se dan cita el viernes de forma extraordinaria para medir su actuación ante la crisis en Irak, que ha rozado en las últimas horas la guerra abierta entre Irán y Estados Unidos. Desde entonces, los presidentes de las instituciones europeas no han cesado de sacar músculo para pedir contención. La respuesta comunitaria se materializará en el encuentro de ministros presidido por Josep Borrell, Alto Representante de Exteriores de la UE.
La tensión en Oriente Próximo es máxima. La escalada de violencia en Libia y los tambores de guerra entre Estados Unidos e Irán suponen un desafío clave para la Unión Europea y para el equipo que dirige el español Josep Borrell. Las implicaciones de las dos escaladas son para la UE muy importantes. Está en juego su visión de credibilidad de diplomacia en el mundo, pero también muchos intereses geoestratégicos, de seguridad y económicos.
Los últimos acontecimientos en Libia dejan un panorama oscuro para el país, la región y la Unión Europea. Josep Borrell, Alto Representante de Exteriores de la UE, ha pedido este martes un alto al fuego y ha exigido el fin de las injerencias externas, en clara referencia a Turquía. La postura europea es todavía más complicada tras la diferencia de prioridades de Italia y Francia, que apoyan de forma velada a diferentes partes del conflicto.
La Unión Europea no podía haber comenzado el año de forma más intensa en materia exterior. El asesinato de Estados Unidos al segundo hombre más importante de Irán saltaba a los medios de comunicación sorprendiendo a todo el globo, mientras la Unión Europea aguantaba la respiración ante el que puede ser la madre de todos los conflictos. De momento Teherán ha anunciado que dejará de cumplir el acuerdo nuclear iraní: una bofetada para el multilateralismo, la diplomacia y para el bloque comunitario.
Josep Borrell ha dirigido este lunes su primer Consejo de Asuntos Exteriores como jefe de la diplomacia europea. Con la prioridad de impulsar la unidad europea para hacer frente a los retos globales, el español apadrina una agenda marcada por las diferentes crisis que recorren América Latina, el fortalecimiento de la relación con la Unión Africana, los derechos humanos o la tensión en Irán y en el mar Egeo.
Hace unos días, la pregunta de varios eurodiputados sobre una ley Magnitsky europea dejaba desconcertado a Josep Borrell, Alto Representante de Exteriores de la UE. Hoy, en su primer encuentro liderando el Consejo de Asuntos Exteriores, el primer empujón para establecer este marco de sanciones por violaciones graves de Derechos Humanos en el globo ha sido su primer logro al frente de la diplomacia europea.
El español Josep Borrell, recién estrenado jefe de la diplomacia europea, ha comparecido este miércoles en su primer acto en la Eurocámara reivindicando la unidad como única vía para sobrevivir a los retos de un mundo cada vez más inestable. En paralelo, el Alto Representante ha tenido que lidiar con su primera crisis internacional tras el memorándum entre Libia y Turquía en el Mediterráneo Oriental.
Josep Borrell tomó posesión como líder de la diplomacia europea el mismo día en el que el Tratado de Lisboa cumplía su décimo cumpleaños. Uno de sus cometidos para el próximo lustro es hacer la voz europea más "firme, estratégica y unida" en la arena internacional. Pero para ello, el español deberá superar uno de los principales obstáculos comunitarios en Política Exterior: la unanimidad. Y así se lo ha encomendado la presidenta de la Comisión 'geopolítica', Ursula von der Leyen.
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