El verano deja un cambio en el paradigma de las rutas migratorias
El verano que dejamos atrás ha dejado un escenario de las rutas migratorias diferente al que presenciábamos desde la acuerdo UE-Turquía: descenso récord de las salidas de Libia y aumento de las llegadas a Grecia. Lo que no ha cambiado tanto es el drama y los retos: menores no acompañados siguen contándose por miles en suelo europeo. El Mediterráneo se ha tragado a más de 3.000 personas en 2017 y el invierno acecha con unas islas griegas no preparadas.